Querida
familia, queridos chicos:
Hemos
comenzado este momento de preparación cantando algunas estrofas de “El Ave María
de Fátima”. Ahora, escuchamos o leemos la reflexión del día 7.
¿Qué es el
Santo Rosario? “El Rosario es una gran corona, una guirnalda de flores o
coronilla de rosas celestiales que se coloca sobre las cabezas de Jesús y
María. Así como la rosa es la reina de las flores, del mismo modo el Rosario es
la rosa y la primera de las devociones”
Esto lo dice
san Luis María Grignion de Mont fort, un gran misionero, que amó mucho a la Santísima
Virgen y nos dejó hermosos libros para enseñarnos a amarla y honrarla. Le gustaba
mucho contar historias relativas al rosario, y nos dejó un precioso librito
llamado “El Secreto Admirable del Santo Rosario”.
El rosario es
como un ramillete de hermosas flores que ofrecemos a nuestra Madre, la Virgen María.
Si rezamos sin ganas y distrayéndonos, es como ofrecerle flores descuidadas y
marchitas. Si lo hacemos con atención y amor, es hacerle el regalo más bello.
Cada misterio
recuerda un momento de la Vida de Jesús: su infancia, su predicación, sus
dolores en la Pasión, y su triunfo en la Resurrección, recordando, al terminar,
que la Virgen María, así como acompañó siempre a Jesús en la tierra, así lo
acompaña en el cielo, adonde Dios la llevó en cuerpo y alma, coronándola como Reina
del Cielo y de la tierra.
En cada
misterio rezamos un padrenuestro, diez avemarías y un “gloria” breve. A veces,
se añaden otras invocaciones, como la que enseñó la Virgen a los tres
pastorcitos: “Oh, Jesús mío…”.
El rosario
completo son las cuatro coronas, de cinco misterios cada una. Durante mucho
tiempo se rezaron tres coronas o grupos: misterios de gozo, de dolor y de
gloria.
Desde el año
2002 rezamos también otra corona de misterios: los de luz. Así nos enseñó el Papa
san Juan Pablo II, que también amó mucho a la Virgen y le consagró su vida. Él quiso
completar así los cuadros de la vida de Jesús, recordando sus tres años de
predicación, ya que el Rosario es como un resumen del Evangelio, que nos hace
conocer a Jesús.
Pensemos que si rezamos bien el santo rosario aprenderemos a conocer mejor a Jesús y a
amarlo más, como María.
Para
finalizar, después de haber reflexionado, rezaremos la Coronilla del Amor a la
Sagrada Familia.
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