Querida familia, queridos chicos:
Después de haber cantado algunas estrofas de “El Ave María de Fátima”,
escuchamos o leemos la reflexión del día 12.
* * *
Hoy meditaremos sobre la cuarta aparición de Nuestra Señora en el mes de
agosto.
Esta aparición no se realizó el día 13 sino el 19, porque el
Administrador del Consejo encerró a los pequeños pastorcitos en el calabozo
municipal, queriendo obligarlos a revelar el secreto de la Virgen.
Los tres niños le dijeron: -No lo decimos ni aunque nos den el mundo
entero.
Él los encerró en el calabozo. Los presos les aconsejaban: - Qué os
importa que esa Señora no quiera?
-¡Eso no!, respondió Jacinta con vivacidad. ¡Antes prefiero morir!
Y los tres niños rezaron con los presos el rosario, delante de una
medalla de Jacinta colgada en la pared.
El administrador para asustarlos mando preparar una caldera de aceite hirviendo, a la cual amenazaron arrojar a los pastorcitos si no hacían lo que les
mandaban. Ellos, aunque pensaban lo haría de verdad, permanecieron firmes sin
revelar nada.
El día 15 de agosto, fiesta de la Asunción, finalmente, los sacó del
calabozo. Lucía nos narra lo que sucedió en esta aparición...
Estábamos con las ovejas, Francisco y su hermano Juan, acompañándome. Sintiendo
que algo sobrenatural se aproximaba y nos envolvía, dándonos cuenta de que
Nuestra Señora se nos aparecería y temiendo que Jacinta se quedaría sin verla,
pedimos a su hermano Juan que le fuese a llamar. Entretanto, Francisco y yo
vimos el reflejo de luz que llamábamos relámpago, y al instante de llegar Jacinta vimos a
la Señora sobre la encina.
-¿Qué es lo que quiere usted?
-Deseo que sigáis yendo a Cova de Iría los días 13,
que sigáis rezando el rosario todos los días. El último mes haré el milagro
para que todos crean.
-Que es los que quiere usted que se haga con el dinero que la gente deja
en Cova de Iría?
-Hagan dos
bolsas, una para ti y Jacinta, para llevarla dos chicas más vestidas de blanco y
otra que la lleve Francisco con tres niños más. El dinero de las bolsas es para
la fiesta de Nuestra Señora del Rosario, y lo que sobre es para ayuda de una
capilla que se debe hacer.
-Yo quisiera pedirle la curación de algunos enfermos.
-Si, a
algunos los curaré durante el año.
Y tomando un aspecto muy triste, la Virgen añadió: "Rezad, rezad mucho y haced sacrificios por los pecadores, porque
muchas almas van al infierno por no tener quien se sacrifique y rece por ellas…".
Y la Virgen empezó a subir hacia Oriente, como de costumbre.
Pensemos cuánto dolor provocan a la Virgen los
pecados, y también admiremos la valentía de los pastorcitos que no
desobedecieron a Dios a pesar de las amenazas.
Para
finalizar, después de
haber reflexionado, rezaremos la Coronilla del Amor a la Sagrada Familia.
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