Querido niño,
querida niña, querida familia:
Hoy
comenzamos una experiencia muy hermosa e importante: empezamos a prepararnos
para hacer nuestra Consagración a la Santísima Virgen María.
¿Qué
significa “consagrarnos”? Significa entregar nuestro corazón a la Madre de
Dios; significa, pedirle que Ella nos cuide y nos haga buenos; pedirle que nos
defienda del mal.
¿Cómo nos
prepararemos? Lo haremos de dos maneras: aprendiendo cosas relativas a nuestra
fe y a lo que sucedió en un lugar llamado “Fátima”, un lugar ubicado en Europa,
en un país llamado Portugal. Allí Dios envió primero a su ángel para dar un
mensaje a tres pequeños pastores: Lucía, Francisco y Jacinta. Luego, se les apareció
la misma Madre de Dios, la Virgen María.
La Virgen
pidió a estos tres niños que rezasen mucho e hiciesen sacrificios por la
conversión de los pecadores.
¡Nuestra
Señora de Fátima, ruega por nosotros!
¡Santos
Jacinta y Francisco Marto, rogad por nosotros!
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